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Un viaje a través de la memoria del investigador y crítico Guillermo Santamarina

El sello Alias publica ‘Mil Hilos: manifiesto en contra de las imposiciones tediosas’, un libro que reúne las conversaciones entre Mauricio Marcin y el propio Guillermo Santamarina

Guillermo Santamarina Lagunes (Ciudad de México, 1957) es pionero de la práctica curatorial en nuestro país, curador de arte contemporáneo y artista visual. Desde 1981, el Tin Larín —como también se le conoce— ha sido facilitador y cómplice de más de quinientas exposiciones organizadas para instituciones públicas, instancias privadas y proyectos independientes. También fungió como director y curador en jefe en un puñado de recintos culturales.

Su labor impulsó la producción de artistas que dieron forma a la escena del arte contemporáneo mexicano de las últimas cuatro décadas. Mil Hilos: manifiesto en contra de las imposiciones tediosas (Alias Editorial) presenta el relato personal de toda una vida dedicada al arte.

El libro Nació a partir de una conversación entre Guillermo Santamarina y el curador Mauricio Marcin, grabada al compartir un roadtrip de seis días por las carreteras de los
estados de Morelos y Guerrero. “La transcripción de la charla, que ocupa casi doscientas cuartillas de texto, fue editada por Maco Sánchez Blanco quien dividió el relato en capítulos cuyos títulos corresponden en su mayoría a canciones favoritas, obras y exposiciones de Santamarina. Para contextualizar todo lo que el Tin Larín está viendo y viviendo en cada momento, la editora insertó generosas notas al pie que amplían, puntualizan o matizan los datos que Guillermo menciona ofreciendo una enriquecedora lectura paralela al diálogo. Los nombres de grandes músicos, arquitectos, antropólogos, intelectuales, escritores, artistas y movimientos, mexicanos o extranjeros, que atravesaron la experiencia de Guillermo desde finales de los sesentas figuran en las páginas de este relato personal y divertido que, casi sin pretenderlo, nos presenta un amplio panorama del arte contemporáneo en nuestro país”, adelanta editorial Alias por medio de un comunicado.

La vida de Santamarina está atravesada por la música. “En su juventud trabajó en la mítica tienda de discos Yoko Quadrasonic (donde realizó su primera exposición) y llegó a tener más de diez mil vinilos en su casa. En Mil Hilos se mencionan decenas de músicos, bandas y canciones. Además, para provocar una inmersión total, la edición incluye códigos al inicio de cada capítulo que dirigen a una serie de playlists seleccionadas por el propio Guillermo Santamarina como una narración complementaria”, agrega la firma.

El volumen también incluye imágenes de las figuras más destacadas del relato, conformando un collage de personalidades vinculadas al arte contemporáneo y a Guillermo. “Mil Hilos es una oportunidad única para que el lector pueda adentrarse en la vida de una figura entrañable para la comunidad artística mexicana a través de un relato en primera persona colmado de recuerdos, referencias, declaraciones de intenciones, imprecisiones, historias fallidas, conmovedoras, humor y grandes aciertos”.

“Guillermo es un dandy, un elegante vagamundo que devanea, gustoso, entre tendencias, eras y generaciones. Es también un raver y ¿el último punk? Sus ojos han incorporado con pasión tanta cultura como sus oídos, y su cuerpo es un testimonio palimpséstico de nuestro tiempo. Es, también, un espléndido conversador”, precisa en el texto Mauricio Marcin.

En su obra Guillermo Santamarina construye instalaciones, muchas veces para situaciones
específicas, en las que convergen múltiples soportes (como gráfica, pintura, escultura, texto, video arte, performance o arte sonoro) con notorio énfasis en la experiencia performática y el arte vivo.

En 1991 integró el Foro Internacional sobre Teoría de Arte Contemporáneo (FITAC,
antecedente del SITAC) que dirigió en cuatro ediciones. Fue director del Museo Ex Teresa Arte Actual, el Museo Experimental El Eco y el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA Roma), y curador en jefe del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y el Museo de Arte Carrillo Gil.

Fuente: bit.ly/guillermosantamarina